Los gobiernos de las ciudades deben tener un papel esencial en la promoción y el liderazgo de la transición hacia la economía circular, gracias a factores de escala y de proximidad:
- Las ciudades ofrecen una escala de suministros suficientemente grande para crear oportunidades viables de recolección y recuperación de recursos que hoy día se tiran y desaprovechamos.
- Las ciudades ofrecen un entorno privilegiado para la actividad económica,un gran mercado, proveedores / as de proximidad y una fértil capacidad de innovación tecnológica y de conocimiento.
- El ecosistema urbano contiene las zonas industriales y de actividad económica de su alrededor.
Para ejercer este papel de promotoras y líderes de la transición hacia una economía circular, las ciudades deben considerar los beneficios desde una perspectiva global y proveer las condiciones para apoyar a los agentes implicados en el cambio:
- Adaptando las políticas locales en el marco regulador, la inversión en infraestructuras, los incentivos fiscales … y al nuevo modelo.
- Ayudando a las empresas a colaborar entre ellas, compartir recursos y establecer nuevas relaciones entre empresas competidoras, proveedoras, consumidores y consumidoras, vecindario … para hacer viables negocios que promuevan crecimiento industrial regenerativo, para beneficio de todo el sistema urbano.
- Informando y formando la ciudadanía.
Se trata, pues, de enfocar el problema y los retos siempre en clave de ‘sistema’; un sistema que, en una ciudad, está formado por las infraestructuras, las personas y las empresas.
Los proyectos de simbiosis industrial van precisamente en esa dirección y se podría decir que son la herramienta clave para aplicar todos estos conceptos de economía circular en el tejido industrial.
Colaboración entre empresas
La simbiosis industrial es una estrategia empresarial que estimula la colaboración entre empresas -tradicionalmente separadas- para hacer realidad nuevas oportunidades de negocio explorando maneras innovadoras de ponerlas en práctica:
- Dar valor añadido a recursos sobrantes.
- Encontrar soluciones innovadoras a provisión de recursos.
Se trata de ver el conjunto de industrias como si de un ecosistema natural se tratara y procurar optimizar el sistema (más que optimizar componentes).
En un ecosistema natural no hay residuos, la energía fluye y viene del Sol, y cuanto más diverso es el ecosistema más rico y más se desarrolla. Se consideran, pues, las industrias como parte de un ecosistema, en este caso industrial, donde se las anima a colaborar y hacer transacciones mutuamente provechosas, de manera que los recursos infrautilizados o infravalorados (incluida la energía, los residuos , el agua y la logística) se ponen en valor.
Las empresas ya hacen un esfuerzo interno importante para mejorar su eficiencia y con magníficos resultados. La cooperación en simbiosis enfoca en optimizar el uso de aquellos recursos que las compañías por ellas mismas no utilizan internamente.
Los proyectos de simbiosis industrial son económicamente autosuficientes (se mantienen con parte de los beneficios que proporcionan a las empresas) pero necesitan un período de arranque de unos 1,5 años de media: empiezan a dar resultados a partir de los 6 meses, pero no es hasta después del primer año cuando se empiezan a contabilizar beneficios económicos.
La experiencia internacional muestra, sin embargo, que no son fácilmente implementables ni automáticamente reproducibles en todas partes, ya menudo -con las condiciones actuales de mercado (economía lineal) – es difícil que estos proyectos salgan de forma espontánea si no se tiene una problemática limitando común (como ocurrió en el emblemático proyecto de simbiosis industrial de Kalundborg con el agua).
Hay una serie de condiciones previas para que el proyecto funcione:
- Una relativa proximidad física entre los agentes potencialmente participantes en la simbiosis.
- Liderazgo y participación de interlocutores / as con el suficiente conocimiento local y reconocimiento de los actores locales para vencer posibles desconfianzas mutuas (Ayuntamiento, ADL, asociaciones de empresas …).
- Expertos / as que sepan poner en contacto demandantes con oferentes (como centros tecnológicos) y actúen como parte mediadora.
En este contexto, los ayuntamientos pueden jugar un papel relevante. Los municipios pueden liderar los proyectos de simbiosis industrial, promocionarlos, proveer financiación, dinamizarlos, fue base de experimentación, legislar por el cambio, etc.
De hecho, el municipio es el entorno ideal para arrancar los proyectos de simbiosis industrial porque se puede sacar provecho de muchas consecuencias positivas adicionales, creando el escenario social que da sentido a los proyectos de ecología industrial.
Aparte de industrias (objetivo del proyecto), en un municipio hay bosques que producen biomasa, p. ej., terrenos de cultivo o explotaciones ganaderas con una importante generación de residuos orgánicos, centros de tratamiento de residuos que se pueden optimizar o ampliar, piscinas y otras instalaciones municipales consumidoras de calor, estudiantes que podrían formarse en gestores de recursos por la zona, comercios, ciudadanía …
En dicha ciudad de Kalundborg (Dinamarca), el proyecto de simbiosis industrial ha servido (aparte de los resultados industriales) para crear titulaciones universitarias en torno al tema y atraer un turismo industrial que organiza congresos, visitas técnicas, etc., desarrollando el sector hotelero y de restauración.
Los resultados del proyecto no sólo se han traducido en un ahorro muy importante del gasto municipal en energía, sino también en atracción de inversión industrial, creación de puestos de trabajo y notoriedad internacional (con todas las consecuencias positivas que tiene todo esto) .